Desolación en Nerva por la tromba de agua que arrasa el centro neurálgico de la localidad minera

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 19 de Diciembre de 2019 / Publicado en Nerva

Una tromba de agua registrada a primera hora de la mañana ha arrasado el centro neurálgico de Nerva convirtiendo la zona de comercios y bares en un autentico lodazal. También ha colapsado el barrio del Pozo Bebé inundando a su paso casas, garajes y talleres. Además, ha tirado muros y ha arrancado de cuajo puertas de hierro. Algunos coches estacionados en la avenida de la Reú ha terminado en pleno paseo peatonal, y otros han atravesado la cristalera del teatro Victoria. La desolación entre los vecinos es total. Los vecinos aseguran no haber visto nada igual en su vida y la desolación es total.


Nerva, que ha activado su Plan de Emergencia Municipal (PEM), ha sido la localidad de la provincia de Huelva en la que se ha registrado un mayor número de avisos al 112 de Emergencias, la mayoría de ellos relacionados con la lluvia. En este sentido, se han producido anegaciones en diversos puntos de la localidad, como la Avenida de Andalucía, la calles Cazorla, Roma, Colón, Plaza de la Reina Victoria o la Avenida de Reú, entre otras. Además, varios conductores se han visto sorprendidos por las intensas precipitaciones y han quedado atrapados en sus vehículos, sin que haya habido heridos.

El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, ha calificado la situación de "catastrófica", al tiempo que ha señalado que la falta de vegetación producida por el incendio registrado en la Sierra del Padre Caro hace dos años ha facilitado que el agua haya campado a sus anchas desde la zona norte hasta la zona sur de la localidad minera. El Ayuntamiento de Nerva mantiene abierta una oficina para recopilar los daños, toda vez que el alcalde ha pedido a todas las administraciones ayuda para intentar abordar la cuestión del cauce, ya que ésta no es una competencia municipal. 

Efectivos de Bomberos, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y Cruz Roja se encuentran desplegados en la localidad, trabajando para devolver la normalidad a la zona lo antes posible. Por su parte, los vecinos han hecho piña para ayudarse unos a otros. En estos momentos llueve sobre mojado.

 

 

La causa de la inundación

El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, ha calificado la situación de "catastrófica" y apunta a la falta de vegetación provocada tras el incendio registrado en la Sierra del Padre Caro hace dos años como causante del desastre. “Ya veníamos anunciando a la Junta de Andalucía que estoy podía pasar, hasta que ha pasado. La última fase de reforestación de la zona quemada debería haberse llevado a cabo antes de que finalizara este verano, y no se ha hecho. Así que de aquellos polvos estos lodos. Es de imperiosa necesidad que se acometa cuanto antes la situación del barranco de Santa María con un desvío que evite que cruce el pueblo de norte a sur. De no corregir esto, corremos un grave peligro de nuevas inundaciones, ya que toda la zona del incendio está desnuda de vegetación que amortigüe la fuerza del agua”, asegura el primer edil.

Las obras realizadas desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España se centraron en la recuperación de los aspectos más relevantes del ecosistema: minimizar la pérdida de suelo, estabilizar el terreno y contener los procesos erosivos que tienen lugar con posterioridad en las zonas incendiadas, especialmente tras las habituales lluvias que se registran al final del estío y comienzo del otoño. La emergencia de estas obras venía justificada por la necesidad de reducir la contaminación de aguas superficiales y subterráneas, evitar el riesgo de plagas forestales, favorecer la regeneración natural de flora y fauna y contribuir a reparar y mejorar la red de pistas forestales afectadas.

Los primeros trabajos realizados consistieron en tareas encaminadas a la colocación de fajinas realizadas con árboles muertos sobre laderas para frenar los arrastres que pudiera producirse con las lluvias. De la misma forma, se procedió a la construcción de albarradas hechas en superficie con piedras y tierra, sin argamasa, para impedir la perdida de suelo. Ambas medidas estuvieron encaminadas a evitar la erosión del terreno. Después se actuó con un tratamiento antiplagas en los árboles más débiles para evitar la proliferación de insectos “perforadores” en las zonas perimetrales del incendio. Pero aún quedaba una última fase por concluir que no ha llegado a tiempo.

 

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