El Nerva Club de fútbol sigue sumando de tres en tres, tras conseguir una nueva victoria ante el Rosal CF, en el complejo deportivo Antonio Galindo.
El Nerva Club de fútbol sigue sumando de tres en tres, tras conseguir una nueva victoria ante el Rosal CF, en el complejo deportivo Antonio Galindo.
Tras un inicio de temporada con algunas dudas que podía arrojar los resultados conseguidos, no el juego del Nerva, el conjunto dirigido por José Manuel Nevado ha encontrado el nivel de juego que le lleve a tener seguridad y confianza en sí mismos y empezar a sumar de tres en tres. Los últimos tres encuentros se cuentan por victorias, algo que ya afianza al conjunto minero en esas posiciones de la tabla que darían derecho a soñar con un ascenso, aunque aún falta un largo recorrido por concretar en esta temporada.
Tras las victorias ante La Zarza en casa, hace dos semanas y el triunfo ante el Tharsis en la pasada jornada, en tierras andevaleñas, ahora visitaba el complejo deportivo nervense el Rosal CF, un equipo de zona media baja de la tabla que ganó en la primera jornada pero que llegaba a Nerva tras tres derrotas consecutivas.
Los locales afrontaban este partido con la premisa de seguir sumando de tres puntos y hacer de nuestro campo un auténtico fortín, y eso se ponía de manifiesto casi desde el pitido inicial. Fieles a su estilo de juego, los nervenses buscaban de inicio transiciones rápidas, desplazamientos y permuta en determinadas posiciones y juego apoyado sobre todo en la intensidad al jugar sin balón, algo que para Nevado es de suma importancia, el trabajo de recuperación tras pérdida.
Y todo esto dio frutos inmediatos, ya que en el minuto 10, una jugada algo incierta termina con un balón que llega a Ruben, el goleador de este equipo, y convierte el primer tanto de un partido que olía a goleada, pero que había que consumar y asestar el golpe definitivo.
Tras el gol los locales seguían fieles a su sistema de juego y no variaron un ápice en sus intenciones, pero como el fútbol no es una ciencia exacta, lo que parecía un paseo no lo fue tanto por falta de acierto en ciertas ocasiones y porque a veces, no todo se traduce en gol. Hubo multitud de incursiones por banda y centros colgados al área que no encontraban rematador y una serie de circunstancias que hicieron que el Rosal, un equipo que estaba muy mermado, siguiese metido en el partido, mucho más cuando en el minuto 28, una falta al borde del área, provocada en una jugada defensiva del Nerva que nunca debió ocurrir, es sacada de manera inapelable por David, el capital del Rosal, que mandó un obús inalcanzable para el guardameta Fran, consiguiendo el empate.
Así las cosas, nos encontrábamos un partido que por ocasiones y posesión debió ser mucho más fructífero para los mineros, pero que en cuanto a balones a la red, pues estaba igualado, algo que nos hace afianzarnos en eso de que en el fútbol, influyen muchos factores que hacen que no haya una lógica aplicada.
Tras el descanso y tras charla de Nevado en vestuarios, el Nerva salía con la intención de volver a poner a favor un partido que nunca debió de presentar problemas, y el conjunto albiceleste seguía fiel a su estilo de juego imponiendo velocidad, toque, y trabajo de presión, además de tratar de finalizar jugadas para no dejar balones colgando en línea de ¾ que pudieran provocar contragolpes.
La escaleta del partido era igual, un Nerva que mandaba, un Rosal que campeaba las ocasiones contrarias con más corazón que posibilidades, ordenadito atrás y esperando el temporal marcado por el rival e intentando aprovechar alguna contra que se pudiera suscitar con hombres como Cristian o Gustavo, siempre prestos a correr ante cualquier balón que pudiera merodear por sus inmediaciones.
Nevado empezó a hacer cambios dando entrada a jugadores como Ángel, Chesko o Antequera, un poco buscando piernas frescas que fueran más carga sobre el equipo rival. Hubo jugadas con una serie de disparos y rechaces que hacían pensar en aquello de que cuando la pelotita no quiere entrar no entra, sobre todo en esos días en los que haces todo, propones todo, pero no acabas de ver claro el camino a puerta.
En el minuto 30 de la segunda parte, otro balón que llega a Rubén en la frontal del área, es aprovechado por este para mandar un disparo raso y fuerte sobre la meta del Rosal, un disparo que aunque toca Íker, el portero visitante, termina entrando en portería y estableciendo el 2-1.
Ese gol fue el momento de respirar y decir…¨¡POR FIN!¨ porque hasta ese momento todos veíamos al Nerva muy superior pero el gol no llegaba por fallos, por el trabajo en defensa de hombres como José Manuel, un lateral que hizo un trabajo impecable, o simplemente porque a veces dos y dos no son cuatro.
En los minutos finales, y esto es destacable, el Nerva a pesar de la exigua diferencia en el marcador, no cejó en el empeño, seguía como toda la segunda parte, presionando la salida del contrario, haciendo casi marcaje individual en cada saque de banda y tocando a zafarrancho de combate, vamos, que quería más goles.
Esto es importante pero a la vez peligroso porque a veces hay que nadar y saber guardar la ropa, tanto es así que un balón de fuerte pelotazo de la defensa del Rosal, le cae a Gustavo, que le mete una carrera a Roberto y tras lanzar demasiado cruzado el balón se fue fuera por poco.
Tras ese pequeño susto, el partido llegó a su final con un apurado 2-1 a pesar de lo visto en el verde, pero que daba los tres puntos a los locales, consiguiendo esa tercera victoria consecutiva que le mantiene en 5ª posición a un punto de tercer y cuarto puesto. No se ha podido subir ningún puesto más a pesar de la victoria porque los de arriba, ganaron todos también, a excepción del Aracena que empató. Seguimos 5º por tanto con todo por decidir y dejando claro que con el Nerva hay que contar.
El próximo encuentro de nuestro equipo será en Cortegana, ante otro de los rivales importantes de esta categoría, sin duda un buen calibrador para ver y medir nuestra capacidad.