Decenas de miembros y simpatizantes de una veintena de organizaciones exigen el cierre definitivo e inmediato del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 30 de Julio de 2020 / Publicado en Medio Ambiente

Miembros y simpatizantes de más de una veintena de organizaciones han participado en una masiva concentración en la plaza de Pedro Crespo en la barriada de El Ventoso en Nerva y posterior marcha hasta las instalaciones del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos ubicado a escasos 800 metros del casco urbano. Lo han hecho para manifestar que “no pararemos hasta conseguir el rechazo definitivo a la nueva ampliación y exigir contundentemente el cierre definitivo del vertedero, ya”. 


Decenas de personas, provistas de mascarillas e intentando guardar la distancia de seguridad recomendada para la prevención de la COVID-19, han vuelto a alzar la voz para denunciar que “la situación que vive esta tierra es insostenible y que no estamos dispuestos a soportarla más”. La concentración ha tenido un marcado carácter plural al contar con la participación de diferentes colectivos conservacionistas, partidos políticos, sindicatos y asociaciones vecinales. 

El acto ha estado protagonizado por representantes del mundo de la cultura local. El fotógrafo Manuel Aragón ha sido la persona encargada de dar la bienvenida a los participantes en la plaza de Pedro Crespo en El Ventoso. Posteriormente, varios poetas han recitado versos alusivos a la situación que se vive y los profesores del conservatorio de música, Carlos Llanes y José Luis Pastor han interpretado un tema musical reivindicativo. Por último, los dinamizadores socioculturales José Gregorio y Javier Domínguez han dado lectura al manifiesto contrario a la ampliación firmado por las organizaciones convocantes.

En el manifiesto leído a las puertas del vertedero se ha recordado la “imposición” de la polémica instalación en 1998 y las dramáticas consecuencias sociales que tuvo para la población local, dividida entre los que defendieron su puesta en marcha para intentar paliar los efectos de la crisis de la minería y los que se opusieron por el negativo impacto medioambiental que supondría: “Las expectativas sobre desarrollo local y comarcal no se han cumplido en lo más mínimo, ni en el empleo previsto, ni en la ubicación de nuevas empresas, ni en el sostenimiento económico del pueblo y mucho menos en la minoración de las consecuencias medioambientales sobre una zona BIC, con un elevado grado de protección ambiental, al producirse, en todos estos años, numerosos incidentes, como incendios en el vertedero, filtraciones y vertidos ilegales al río Tinto y accidentes de camiones pesados con una muy peligrosa carga altamente contaminante”. 

También se ha recordado que el vertedero está colmatado desde hace años según su proyecto inicial: “Van ya para 25, los años en que se nos impuso este vertedero cuya construcción se hizo en base a un proyecto concreto limitado por la propia capacidad de unos vasos que debían albergar residuos de Huelva, Sevilla y Cádiz y han terminado por recoger la basura de media Europa, llevando más de diez años completamente colmatados y sobrepasados. Un proyecto inicial de Vertedero que jamás se planteó pudiera ir ampliándose por la simple voluntad de la empresa. Una instalación que, desde el primer día, vino a deteriorar desde el engaño premeditado, la cordialidad y la convivencia de Nerva, lugar reconocido en todo el mundo por la empatía y el buen ambiente que reinaba entre sus vecinos”.

Para los organizadores de esta convocatoria, “la ausencia de respeto a los moradores de esta comarca minera, ha marcado el devenir de una administración y una empresa, que creyeron que, para tenernos contentos, bastaba con repartir las peores de sus migajas, entre algunos de nuestros colectivos”. Y creen que, “esta nueva autorización, esta nueva ampliación encubierta que se pretende perpetrar, supone condicionar nuestras vidas, la vida de nuestro río y de nuestras poblaciones, dejándonos al antojo de los intereses económicos de esas multinacionales que nos mandan sus peores residuos, pero que siguen olvidándonos a la hora de ejecutar sus inversiones”.

Los participantes han demandado también que, el cese de la actividad, no debe, en ningún caso, acarrear perjuicios laborales. “Labores propias de la vigilancia y mantenimiento de las instalaciones tras su cierre, responsabilidad civil corporativa ejecutada por las grandes empresas de la zona y la obligada implicación de una administración autonómica que no puede seguir mirando para otro lado, deben converger en la solución a esta problemática, propiciando la continuidad laboral de todas las personas afectadas”, aclaran.

Para las organizaciones convocantes, “Nerva y toda la comarca, llevan sobre sus espaldas, 25 años de olvido, 25 años de desamparo, 25 años de soledad consentida y promovida por unas administraciones que deben tomar partido de una vez, por esta tierra a la que tanto han despreciado”. Por esto creen que, “es responsabilidad de la Junta de Andalucía buscar, encontrar, diseñar y poner en funcionamiento un nuevo espacio donde gestionar, depositar y tratar los residuos industriales que produce nuestra Comunidad Autónoma. El vertedero de Nerva ya toca a su fin. La cuota de compromiso y solidaridad de la población de Nerva con Andalucía y con el estado español ha sido y es extraordinaria, como extraordinarias deben ser las compensaciones por todo el tiempo que se ha mantenido en funcionamiento el vertedero más allá de lo que correspondía a su capacidad, por los incumplimientos de los compromisos adquiridos y por los años que aún después de su cierre deberán permanecer, bajo nuestro suelo, millones de toneladas de residuos”, concluyen.

 

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