Zoraida e Iván Pernil, dos hermanos sanitarios de Nerva que luchan contra el coronavirus en hospitales de Sevilla

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 20 de Marzo de 2020 / Publicado en Coronavirus, Sanidad

Desde que comenzó esta crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, toda la sociedad coincide en reconocer la extraordinaria labor que vienen desempeñando los profesionales que trabajan en los centros sanitarios, en la primera línea de batalla contra el COVID19. Este es el caso de los hermanos Zoraida e Iván Pernil. Son de Nerva, pero trabajan desde hace años en Sevilla, una de las provincias de Andalucía más afectadas por la pandemia. La primera lo hace como técnico de laboratorio en el Hospital Quirón Infanta Luisa y el segundo como enfermero en Urgencias del Valme. Una en la sanidad privada y el otro en la pública, pero comparten el mismo estrés, los mismos problemas, las mismas preocupaciones, y el mismo sentimiento de agradecimiento por las muestras de reconocimiento que cada tarde, a partir de las 20:00 horas, se tributa a profesionales como ellos desde los balcones de toda España.


Iván reconoce que está desbordado con el incremento de casos detectados en los últimos días, a raíz de aumento de test realizados, y demanda más recursos para seguir luchando contra el nuevo coronavirus. “En muchos casos, nos sentimos desprotegidos. En cada turno se desinfectan a fondo las gafas de protección que compartimos todos. Necesitamos más material, más personal, más infraestructuras y mejores protocolos de actuación. Yo he vivido la crisis de las gripes aviar y A, incluso la del Ébola, pero como esta, he de reconocer que ninguna”, comenta. 

La situación que nos relata su hermana no es muy diferente. “Nosotros somos ocho en el laboratorio y no tenemos herramientas suficientes. Trabajamos directamente con las muestras de personas susceptibles de dar positivo. En mi laboratorio, nos dan una mascarilla cada dos días. Ya nos hemos organizado para rotar por semanas ante la probabilidad de que alguno caigamos porque el laboratorio no puede parar”, asegura.

 

 

Cuando llegan a casa, tras un duro turno cargado de situaciones complejas y completamente abatidos por el cansancio y el estrés, ambos extreman las medidas de seguridad para mantener a salvo a sus familias. Y aún así, se hace muy complicado. Zoraida, con dos hijos universitarios y su marido diagnosticado como alto factor de riesgo, llega a casa y se mete directamente en la ducha. “En casa extremamos al máximo las medidas de seguridad. Yo duermo aislada, en otra habitación, para preservar la salud de mi marido mientras dure toda esta situación. En el trabajo intento protegerme todo lo que puedo, pero el miedo de contagiar a mi gente me angustia mucho”, reconoce

En el caso de Iván, con una hija pequeña, y su mujer trabajando como administrativa en un centro de salud, el riesgo es doble. “Con la ropa tenemos un cuidado extremo. Llegamos a casa y lo primero que hacemos es desvestimos prácticamente en la entrada, metemos la ropa en una bolsa, y de ahí a una lavadora que estamos utilizando solo para nosotros. En casa llevamos a rajatabla el lavado de manos. Esto es esencial, más incluso que la mascarilla. Evitamos darnos besos. Es una situación muy difícil, más cuando tu hija pequeña viene a abrazarte”, cuenta.

 

 

Ambos tienen en el pensamiento a sus padres que viven en Nerva. “Lo llevamos muy mal, pero estamos en contacto continuamente. Yo intento hablar con ellos al menos dos veces al día para tranquilizarlos en la medida de lo posible. No obstante, son muy conscientes de la situación y lo están asumiendo muy bien”, asegura Iván. Su hermana, que comparte la misma inquietud por sus padres, está más preocupada por su hermano. “Me preocupan mis padres, claro, pero quien más preocupa es mi hermano porque está todos los días en primera línea tratando con pacientes en urgencias. Estoy muy orgullosa de él”, se sincera.

También los dos coinciden en los consejos y sugerencias a la ciudadanía para abordar con cierta garantía de éxito esta crisis sanitaria. Zoraida insiste una y otra vez en la imperiosa necesidad del lavado de manos, más aún cuando convives con personas de alto riesgo a tu lado. “También es muy importante mantener la mente en otras cosas para evitar volverse loco. Yo ahora voy a intentar hacer torrijas”, conseja. Además de incidir en las medidas de higiene y seguridad, su hermano también aconseja “huir de la sobreinformación a la que estamos expuestos, no creerse todo lo que aparece en las redes sociales, donde los bulos campan a sus anchas, y tomarse completamente en serio la cuarentena por el bien de todos”. Los dos coinciden en aconsejar a la ciudadanía en lo fundamental que es quedarse en casa, a no ser que sea de extrema urgencia y necesidad.

Por último, estos dos sanitarios de Nerva que trabajan en sendos hospitales de Sevilla, agradecen infinitamente los aplausos que la ciudadanía tributa cada día a los profesionales del sector sanitario de toda España desde los balcones de sus casas. “Nos emociona mucho escuchar esos aplausos todos los días, y nos da mucha fuerza y apoyo. Te estremece el alma. Nos lleva de orgullo y sabemos positivamente que todos están con nosotros. Muchas gracias y mucho ánimo para todos. Este virus lo vamos a parar unidos. Todo va a salir bien. Resistiremos. Quédate en casa”, concluyen.

 

 

 

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