Escultura Sor Modesta
El Parque de Sor Modesta ya luce la escultura de Antonio ‘Calamina’ dedicada la monja Hija Adoptiva de Nerva
El Parque Municipal de Sor Modesta ya luce la escultura que Antonio ‘Calamina’ hizo de la monja zamorana, nombrada Hija Adoptiva de Nerva el 7 de agosto de 2002. El descubrimiento de la escultura donada por el propio autor, en la que aparece la figura de Sor Modesta tomando la lección a una de sus alumnas, se llevó a cabo ayer coincidiendo con la inauguración de la Fiesta de la Primavera en el parque que lleva su nombre.
En la placa conmemorativa que acompaña la escultura se puede leer: “En reconocimiento y homenaje a la memoria de Sor Modesta Santiago Mezquita, a quien con amor nos enseñó las letras, con fe iluminó nuestro corazón y con humildad hizo grande nuestra alma. Por su entrega incondicional al pueblo de Nerva, como profesora y religiosa, a través de incontables generaciones”.
Sor Modesta falleció en enero de 2011 a los 102 años de edad. Sus últimos años los pasó en la Casa provincial de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, sin olvidar su Nerva querida, siempre en el pensamiento, y haciendo gala de una memoria prodigiosa a la que ponían a prueba cada vez que recibía alguna visita procedente de la localidad minera.
Llegó a Nerva siendo una veinteañera con la advertencia de la dureza del territorio y se quedó para siempre prestando su atención a las clases más desfavorecidas y encargándose de la educación de los niños durante décadas. Natural de San Juan del Rebollar, Zamora, siempre que se le preguntada por su pueblo del alma respondía con rotundidad, "Nerva, a donde volvería otra vez si tuviese 20 años".
Esta Hija de la Caridad, que prestaba atención a los niños y a las personas más ancianas que no podían valerse por si mismas, siempre tenía un recuerdo cargado de emisión para la dignidad que atesoraban las familias más humildes, la inmensa mayoría de mineros, a pesar de la pobreza extrema en la que vivieron durante los años 30, así como la dureza de la década posterior a la Guerra Civil.
Sor Modesta, toda dulzura y amabilidad, es recordada también por los años que dedicó a la educación de generaciones enteras de nervenses que pasaron por su aula cuando daba clases en el colegio Virgen Milagrosa hasta su desaparición a mediados de la década de los 90.
Las Hijas de la Caridad han sido una de las instituciones más queridas en Nerva desde principios del Siglo XX, cosechando innumerables muestras de cariño en agradecimiento a la atención prestada a las familias más necesitadas del pueblo y a la educación de cientos de niños y niñas de la localidad minera.
Buena prueba de esto son los innumerables homenajes, actos de reconocimiento y nombramientos de varios edificios y espacios públicos con los nombres de algunas de las Hermanas, como son los casos del Centro Social Polivalente sor Feliciana y el Parque Municipal Sor Modesta, así como la consolidación de la asociación de la Medalla de la Milagrosa fiel a los ideales de la congregación.
