Estera Chetrone, Verónica Rosemary y Mariam Belrhiti recibirán el reconocimiento del Ayuntamiento de Nerva como inmigrantes del año en un acto que tendrá lugar en el salón de plenos municipal el próximo sábado 23 de agosto a partir de las 12:00 horas. Los protagonistas de este reconocimiento han pasado esta mañana por las dependencias de la Emisora Municipal Onda Minera RTV Nerva para compartir sus historias personales en el programa ‘Matinal’ de Francisco Javier Campos Castillo.
Tres nombres que van a representar en Nerva al colectivo de inmigrantes. Tres vidas con historias comunes de superación, sacrificio e integración en un pueblo que les acogió hace años con los brazos abiertos. De Marruecos, Romanía y Bolivia, tuvieron que salir un día por diferentes circunstancias y encontraron Nerva como pueblo de adopción, donde se les ha respetado y ofrecido una oportunidad que no han desaprovechado.
Mariam es de Tetuán. Llegó a España en 2005. En su caso, no salió de su país por necesidad, sino por amor, dejando un trabajo fijo. Después se quedó sola con una niña que criar. Y en Nerva volvió a encontrar el amor hace 15 años. En la localidad minera ha podido estudiar e incluso llegarse a sacar el carné de conducir.
Estera es rumana. Tuvo una salida muy traumática al fallecer su madre. Su primer destino en España fue Málaga, donde residía su prima. Pero definitivamente el amor le trajo a Nerva. A diferencia de sus compañeras galardonadas, el idioma le resultó más complicado, pero finalmente lo domina a la perfección. Sin duda, su gusto por la lectura le habrá ayudado en gran medida.
Verónica es de Bolivia. Ya van para 24 los años que está en España. Es muy creyente y está firmemente convencida de que su llegada a Nerva ha sido de la mano de Dios. En su país de origen tenía una situación muy precaria y en España encontró una ocasión propicia para ayudar a su familia desde la distancia. En nuestro país ha llegado a convalidar sus estudios de técnico en Farmacia y forma parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad de San Bartolomé.
Ninguna de las tres se esperaba el reconocimiento que le va a tributar el Ayuntamiento de Nerva el próximo sábado 23. Para ellas el mayor premio que pueden tener es el reconocimiento de sus vecinas y la acogida tributada en la localidad minera, donde la mayoría trabajan en el sector de la atención sociosanitaria.
La mayoría llegaron sin papeles. Pero esto no fue un impedimento. En ningún momento se sintieron rechazadas. Todo lo contrario. Se han sentido queridas y respetadas. Echan de menos su país, pero han convertido a Nerva es su casa. Hablan con mucho amor y cariño de la localidad que les acogió hace años. Destacan la solidaridad de los nervenses y la manera de empatizar con sus vidas porque también emigraron en su día.