El partido dio comienzo en una soleada matinal de domingo y desde los primeros minutos el Nerva quería ser fiel a su ADN de echar balón al suelo, hacer desplazamientos rápidos para encontrar fisuras en la defensa contraria y poner cerco a la meta contraria. El guion en la primera parte era de dominio de los locales con mucha más posesión y balones a la zona de peligro del rival, pero el gol no quería llegar, a veces por falta de acierto, a veces por acierto de la defensa rival, que campeaba el temporal de asedio albiceleste. Siendo sinceros, se veía claramente que había un equipo que quería hacerse poseedor del triunfo, pero como hemos dicho otras veces, en otras crónicas, el fútbol nunca es una ciencia exacta y a pesar del dominio territorial el partido terminaba con empate a cero goles en el primer episodio,  y pudo ser peor, porque también El Campillo gozó de una clara oportunidad que tuvo Sosa, jugador que desaprovechó un mano a mano que tuvo con Fran, portero del Nerva, que estuvo muy acertado parando con la pierna y evitando que los visitantes se hubieran ido con ventaja en el marcador a pesar de lo visto. 

Si la primera parte había sido un claro aviso de que por mucho que domines, hay que materializar o lo puedes pagar, la segunda fue la rúbrica de que este deporte a veces es impredecible, porque el Nerva seguía con su nivel de juego y velocidad asediando el marco contrario y poniendo multitud de balones arriba que no encontraban respuesta goleadora, mientras los visitantes seguían a los suyo pero ilusionados cada vez más con la posibilidad de sacar algo positivo de su visita a Nerva. En el primer cuarto del segundo tiempo, un balón es metido con acierto sobre el área del Nerva y Carlos, con un leve pero acertado toque, manda el balón a la red adelantando al equipo campillero. 

Este gol era recompensa al aguante para los de fuera y castigo por perdonar tanto para los locales, pero quedaba mucho partido y todos los allí presentes confiaban en que este gol era remontable. 

El Nerva seguía en su cruzada para encontrar el camino del gol, Nevado, técnico de los locales, metía más frescura al encuentro con cambios que aportaran algo diferente, es decir, se hacía todo lo que había que hacer, pero no había manera. Jugadas trabadas con varios rechaces que no eran gol de puro milagro, precipitaciones producidas por la ansiedad de querer solucionar un partido que se ponía cuesta arriba. Para más carga de mala suerte, un balón llovido sobre las inmediaciones del área nervese, es tocado levemente hacia atrás por un defensor y la dichosa bolita cae dentro del marco sin que Fran pudiera hacer nada, un increíble 0-2 que hizo esbozar a más de uno aquello de, ¨Que injusto es el fútbol¨.

Con el 0-2 ya había poco que pensar, había que dejar de lamentarse y seguir trabajando para mitigar lo sucedido y tratar de remontar en poco más de un acuarto de hora. 

El partido empezó a mostrar el ¨otro fútbol¨ pues los visitantes empezaron a dilatar y arañar todo lo que podían al marcador, incluso llegaron acciones feas de entradas que terminaron calentando un partido que era no apto para nervios sensibles. 

Para más argumento contra cardiacos, una gran jugada de Nicolás cruzando de campo a campo, termina con pase sobre Gabriel que pone el balón al palo derecho del guardameta Alejandro haciendo el 1-2, un soplo de esperanza para un equipo que ya iba a ir por todas. 

Minutos finales apasionantes y cuando se cantaba aquello de ¨si se puede¨, otra buena jugada culmina con el enésimo centro al área de Manu Delgado, que esta vez sí, encuentra rematador en Anguera que de inapelable cabezazo pone el empate a 2 goles. Era un justo premio a un conjunto en todo momento creyó en la remontada, incluso cuando algunos minutos estuvo con un hombre menos por expulsión de Javi tras una entrada algo sobrepasada. Al final del partido hubo dos expulsados por bando, ya que Campillo vio como sacaban Roja a Casimiro y a Manu Gordillo por tener que parar una contra.

Al final igualdad en todo pero dentro de la desigualdad, porque el Nerva, aunque mereció más, fue finalmente quien salvó un punto, mientras que el equipo de El Campillo, podemos decir que ganó un punto aunque estuvo con clara ventaja en el marcador. Un partido típico de mucha tensión, con mucha bronca final, amagos de pelea por la crispación de expulsados y aficionados, pero que no fue a más. Todo lo que ocurrió en el campo, debe quedarse en el campo y nunca debe salir más allá del verde. 

Un 2-2 que deja al Nerva octavo pero que sigue estando a tiro de piedra de la pela por el ascenso, un empate que hace que el CDFB El Campillo sume su segundo punto en la temporada actual y que, aunque pudieron ser más, le debe dar moral para próximos enfrentamientos.