Santa Ana cierra las fiestas de barrio en Nerva con un ambiente excepcional y masiva participación

por Francisco Javier Campos Castillo / 28 de Julio de 2025 / Publicado en Festejos, Nerva, Religión

Santa Ana ha tenido un año más el protagonismo en la parte final de julio con una nueva edición de su tradicional velada, una fiesta de barriada que se ha convertido con el tiempo en uno de los momentos más esperados del calendario festivo y cultos religiosos en Nerva. 


Santa Ana, patrona de Nerva, es la festividad que pone fin a las fiestas de barriada, tras la Romería y Fiestas de San Antonio de Padua, y Los Pirulitos en honor a San Juan, ambas en el mes de junio. 

El barrio del Cerro Pelambre, en particular, y Nerva, en general, ha disfrutado de unos días llenos de actividades, fiestas y solemnidad, donde vecinos de la barriada y del pueblo, así como personas que nos visitan en este tiempo de estío, han compartido momentos muy especiales que hacen del tramo final de julio, a pesar del calor, un momento único que viene a llenar de felicidad y alegría a todos. 

Uno de los momentos más especiales, con fiesta y diversión durante todos los tramos del día, fue el sábado 26 de julio, el día oficial de Santa Ana, un día largo que empalmaba la sesión vermut de mediodía, con la verbena nocturna, donde los cuerpos habían de aguantar hasta la diana. 

Esta sesión vermut ha quedado como una gran jornada gastronómica y de convivencia, con una espectacular paella para más de dos centenares de comensales que esperaban pacientemente y con el refrigerio oportuno, la degustación de ese plato típico de la gastronomía española. Una paella suculenta, con un maravilloso punto de arroz que hizo las delicias de todos. 

La espera mereció la pena, porque tras el proceso necesario para que todo esté en su punto, la paella, en dos grandes sartenes, fue presentada a todas las personas que llenaban el recinto de la plazoleta junto a la ermita. Los que aguantaron de manera estoica las altas temperaturas, degustaron un exquisito manjar del que no quedó nada, como evidente prueba de calidad de dicha elaboración. 

 

 

Esta velada de Santa Ana representa un esfuerzo importante por un grupo de personas que trabajan sin descanso durante todo el año para mantener esta tradición. Son muchos años los que contemplan esta fiesta que ha pasado por diferentes y distintos momentos y ubicaciones a lo largo de los años, como muestra de un proceso evolutivo de esta fiesta que continua siendo uno de los momentos esperados cada mes de julio. 

Si echamos la vista atrás, indudablemente tenemos que acordarnos de aquellos años en los que esta fiesta de barriada competía al nivel de las fiestas más importantes de Nerva y de la Comarca, pues sólo hace falta recordar aquellos veranos y noches de julio, en el colegio del Cerro Pelambre como gran lugar de reuniones y con actuaciones de la talla de Los Morancos de Triana, Paco Gandía, María del Monte, Romero San Juan, Sombra y luz, entre otros grandes nombres que podríamos recordar de entre tantos buenos momentos vividos en una barriada que ahora, cambió de escenario y recinto y ha quedado en una fiesta donde se agudiza el ingenio cada año para hacer una verbena entrañable, llena de atractivos y actividades pero sin aquellos grandes desembolsos de actuaciones que hoy por hoy son inasumibles. Aun así, esta fiesta ha crecido de manera exponencial y sigue siendo una cita ineludible en el calendario del verano nervense y un gran lugar de reunión para todos, con apartados para todas las edades, pues cabe destacar que los niños tienen su momento también con atracciones hinchables, piscina para combatir el calor y el aburrimiento, etc. 

Tras una extraordinaria sesión vermut del sábado y una noche de diversión a raudales que llevó a todos hasta el amanecer para cantar al son de la diana, con la charanga el Puntazo, llegó el domingo el broche de oro con la procesión de la Santa, con un paso de reciente creación que da más comodidad a los portadores del mismo y que ha supuesto una mejora importante en el patrimonio de la asociación. 

La procesión pasó por las calles más emblemáticas del barrio con algunos momentos de especial dificultad por la orografía del terreno, lo que da una mayor emoción y épica a este acto de culto a una de las imágenes, otra más, querida y venerada en Nerva.

 

 

Como decimos se pone fin a las festividades de barrio y en breve entraremos en el mes grande para los nervenses, el mes de agosto, con las festividades de la Villa y la feria patronal de San Bartolomé como grandes argumentos en un mes siempre importante para nuestro municipio. 

 

 

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