Aún se desconoce el número de víctimas caídas ante el Ayuntamiento de Riotinto

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 04 de Febrero de 2018 / Publicado en Cuenca Minera, Historia

Ocurrió tal día como hoy hace 130 años en el antiguo pueblo de Riotinto. El 4 de febrero de 1888 un batallón del regimiento de Pavía abría fuego contra una multitud de vecinos procedentes de diferentes puntos de la comarca concentrados ante las puertas del Ayuntamiento de la localidad minera. Unos defendían derechos laborales en la explotación minera. Otros, soluciones a los problemas de insalubridad que provocaban las tóxicas teleras. A día de hoy, aún no se conoce con certeza el número de víctimas que ocasionó aquella terrible masacre.

Según informa Juan A. Hipólito, se trata de uno de los hechos más terribles y luctuosos ocurrido en la historia contemporánea de la Cuenca Minera. La Riotinto Company Limited, RTCL, explotaba con mano de hierro la mina enclavada en el corazón de la comarca. 15 años antes del sangriento suceso, el Estado Español vendía las famosas minas a la empresa de capital británico por 92.800.000 de pesetas. La todopoderosa compañía minera ejercía un control absoluto de todo aquello cuanto se ponía al alcance de sus poderosos tentáculos, incluida la Administración local. 

A medida que la Compañía consolidaba su negocio de explotación mineral en tierras onubenses aumentaban las calcinaciones al aire libre para separar el cobre del azufre y de la escoria. Los británicos potenciaron este método de explotación, denominado popularmente como “Teleras” que creaba una gran manta de humos sulfurosos muy nocivos para el ecosistema de la zona. 

Aquel 4 de febrero, miles de mineros, agricultores y vecinos anónimos de la comarca concluían una multitudinaria manifestación en la Plaza de la Constitución del pequeño pueblo de La Mina. En el interior del Ayuntamiento, una comisión de trabajadores y miembros de la Liga Antihumista representados por José Lorenzo Serrano y José María Ordoñez, entre los que se encontraba Maximiliano Tornet, intentaban negociar con los alcaldes de Riotinto y Zalamea la Real, Manuel Mora y José González Domínguez, y el director general de la Compañía minera, Mr. Rich, mejoras en las condiciones sociolaborales para la zona. Pero las negociaciones no fueron bien y culminaron de la peor de las maneras posibles.

 

 

Diferentes versiones

El telegrama dirigido ese mismo día por el Gobernador Civil desplazado a Rio Tinto, Agustín Bravo al Gobernador Interino en Huelva, custodiado en el museo minero Ernest Lluch ubicado en Minas de Riotinto, ofrece la versión oficial de los hechos: “Diga al Ministro de la Gobernación por telegrama cifrado que al llegar a ésta encontré dos grandes manifestaciones de pueblos vecinos que unidos a los huelguistas ejercían presión sobre este ayuntamiento para que acordase la supresión de las calcinaciones. Situé fuerzas en la plaza, dirigí la palabra al público desde el balcón. Pero las masas reclamaban acuerdo. Más tarde el jefe militar volvió a dirigirse a todos repitiéndoles muchas veces que se retirasen y entonces del público salió la voz de “defenderse y a ellos”. Haciendo fuego y estallando algunos cartuchos de dinamita. Agredida la fuerza se vio la necesidad de hacer fuego. En este momento me abalancé de nuevo al balcón (llegando cerca de él en algún instante algún proyectil) y dirigiéndome a la fuerza para que suspendiera el fuego. a lo que ayudaban jefes y oficiales, puesto que los manifestantes en orden de 12 a 14.000 se dispersaban. De esta colisión han resultado 6 o 7 muertos y 4 heridos, como resultado de los disparos y atropellados, instrúyase diligencias por el juez especial. La fuerza sin más novedad que la de un guardia herido”.

Las cabeceras locales, provinciales y nacionales de la época no tardaron en hacerse eco del suceso. La Provincia, Diario de la Coalición Republicana, El Reformista, El Cronista de Sevilla, El Socialista, etc. El baile en las cifras de muertos variaba entre la treintena que, como mínimo, apuntaba El Socialista y el más del medio centenar que señalaba La República.

De esta manera lo narraba El Socialista días después: “Salió el Gobernador al balcón una primera vez y preguntó a los trabajadores si estaban de acuerdo con su jornal. Contestaron que no. Volvió a salir y dijo que vería al director de las minas y que al día siguiente sabría el resultado. Los trabajadores dijeron que estaban parados hacía tres días y que deseaban saber el resultado cuanto antes. Volvió a salir una tercera vez, con el Teniente Coronel del Regimiento de Pavía, y el pueblo, creyendo que iba a decir algo, se quedó callado como en misa. Después ocurrieron las desgracias”.

Dos días después, el 6 de febrero, Bravo dirigía otro telegrama desde Huelva a Madrid al Ministro de Gobernación con el siguiente literal: “13 cadáveres identificados y sepultados. 12 heridos reconocidos. Ningún extranjero, mujer o niño ha sido lesionado”. Estas últimas cifras se conocen gracias al trabajo de investigación conjunto realizado por Alfredo Moreno Bolaños y Juan Manuel Pérez López, “Testimonios fehacientes sobre el tren de la muerte”, publicado en la revista cultural Nervae en 2008. Aunque el número exacto de víctimas jamás llegará a saberse con exactitud, calculan que la cifra podría estar entre las 150 y 200 personas. También señalan a los terrenos del antiguo pueblo de Naya como el lugar más probable donde pudieran haberse enterrado a los muertos. 

 

 

Repercusiones

Los hechos fueron de tal trascendencia que llegaron a las Cortes, donde los diputados dedicaron varias sesiones al tema. Finalmente, el 29 de febrero de 1888 el ministro de la Gobernación, José Luis Albareda, firmaba un Real Decreto en el que se prohibían las calcinaciones al aire libre. Pero dos años después, se firmaba otro declarándolas de utilidad pública, recuperando de esta forma la práctica del polémico método. La Liga Antihumista se disolvió en 1891. La última telera se apagó en 1908 y se produjo por cuestiones técnicas. En la actualidad, aún pueden verse los restos de lo que pudiera asemejarse hoy día a teleras de la época. Se encuentran a poco más de medio kilómetro de la salida de Nerva en dirección a Minas de Riotinto por la HV-5011.

 

Concentración conmemorativa

Durante estos días continúan desarrollándose los actos conmemorativos del 130 aniversario del Año de los Tiros en diferentes municipios de la Cuenca Minera de Riotinto. Este domingo es el turno de los ciudadanos de a pie. A las 16:30 horas tienen previsto llevar a cabo una concentración a las puertas del Ayuntamiento de Minas de Riotinto en la que se leerá un manifiesto y se guardará un respetuoso minuto de silencio durante 3 minutos en memoria de las víctimas del 4 de febrero de 1888. Seguidamente, la soprano Irene Pozo Donaire interpretará “En la sangre” de la Cantata Cobre y Viento. 

Horas antes de que se lleve a cabo esta concentración, a las 12:00 h., se presentará un nuevo libro: “Humos y sangre. Protestas en la cuenca de las piritas y masacre en Riotinto (1877-1890)” obra de Gérad Chastagnaret. La cita será de nuevo en el salón de plenos de actos del Ayuntamiento de Minas de Riotinto.  Además del autor, en el acto participarán: la alcaldesa, Rosa Caballero; el director del Archivo de la Fundación Río Tinto, Juan Manuel Pérez; y el profesor de la Universidad de Alicante, Antonio Escudero. La jornada concluirá en el cine-teatro Juan Cobos Wilkins con la representación audiovisual “Renacimiento desde el 4 de febrero”, idea original de CJ Pascual Rodríguez, guión y dirección de Jesús Chaparro.

La alcaldesa de la localidad minera, Rosa Caballero a través de su cuenta en Facebook ha animado a todos los vecinos de la comarca a acudir a la cita. “Los hechos que acaecieron hace ya 130 años, afectaron a vecinos no sólo de Riotinto, sino también de las localidades vecinas. Por este motivo, y recogiendo la propuesta que se nos hizo el año pasado por parte de Fieldwork, desde el Ayuntamiento de Minas de Riotinto, hemos invitado a los Alcaldes de la Cuenca a que nos acompañen durante los actos que conmemoran tan terribles sucesos, y que lo hagan extensivo a los vecinos de sus municipios. Qué mejor homenaje a las víctima de aquel día, que este próximo 4 de febrero, guardemos todos juntos tres respetuosos minutos de silencio a su memoria, tras manifestar la necesidad de que se defienda con justicia y verdad lo que sucedió en nuestra tierra hace ya 130 años. Tan solamente aprendiendo las lecciones que nuestra historia nos deja, seremos capaces de evitar que se reproduzca aquí o en otros lugares del planeta, hechos tan dramáticos y reprobables”, anuncia la primera edil popular riotinteña.

 

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