El cura de Nerva, Pawel Kaim, informará al Obispado en los próximos días y solicitará la ayuda de todos para intentar atajar la plaga en el menor tiempo posible. “Tenemos que hacer todo lo posible para erradicar este problema entre todos. No me imaginaba que la afectación fuera a ser tan grande. En estos momentos de crisis es complicado afrontar este tipo de proyectos, pero tenemos que intentarlo por todos los medios e intervenir cuando antes. Y en esta labor tenemos que involucrarnos todos. Nosotros solos no podemos sacar adelante esto”, comenta el sacerdote.

Ante el alto riego de afectación que esta plaga pudiera provocar en las imágenes recién restauradas de la Hermandad del Gran Poder, la hermana mayor, Rocío Domínguez ya ha anunciado el traslado de las imágenes de sus titulares a la Casa Hermandad en la que trabajan a marcha forzada para habilitar una capilla en la que los devotos puedan orar tranquilamente. “Estamos muy preocupados porque en los últimos años hemos invertido mucho en la restauración de nuestras imágenes y no queremos poner en peligro el patrimonio de nuestra Hermandad por eso vamos a trasladar nuestras imágenes a nuestra Casa Hermandad. La carcoma ha llegado a la cruz del Gran Poder, y de ahí no queremos que pase”, subraya.

En cambio, la hermana mayor de la Hermandad de San Bartolomé, Fátima Rodríguez aclara que ellos no se van a mover de la parroquia porque confían en que el tratamiento pare la plaga antes de que afecte en mayor grado a la imagen del Apóstol.  “La verdad es que cuando entramos la nueva Junta de Hermandad ya nos advirtieron que la imagen de San Bartolomé podría estar afectada por la carcoma. Y la verdad que no lo esperábamos, entre otras cosas porque ya fue restaurada y tratada con un tratamiento antipolilla en 2014. En cualquier caso, nosotros no nos planteamos salir de la iglesia y nos haremos cargo de nuestra parte de la capilla que se iría a los 1000 euros de los 6000 que contempla el proyecto global”, aclara. 

El diagnóstico realizado por la empresa encargada de realizar el estudio de afectación destaca  importantes daños en el mobiliario general, así como en otras piezas de madera a causa de la carcoma provocada por xilófagos (insectos que se alimentan de madera). Concretamente, la especie detectada es anobium punctatum (carcoma común de los muebles). La estimación poblacional es alta con una infestación muy elevada de este tipo de xilófago (insecto que se alimenta de la madera). 

El plan de actuación contempla el tratamiento contra la carcoma en muebles, capillas, imágenes y tapado de agujeros, así como la aspiración general de todos los muebles afectados para sacar los ácaros del interior, brocheado de todos los muebles y colocación de inyectores en la madera de los mismos e inyectado de cipermetrinas y excipientes mediante válvulas hasta conseguir que la madera quede totalmente impregnada y libre de xilófagos. Una vez tratada toda la madera se aplicaría la maquina sonda detectora de carcoma para comprobar que ha quedado libre de xilófagos. Posteriormente se procedería al tapado con cera de todos los orificios abiertos por la carcoma, se pulirían y abrillantarían dejando el mueble como en su estado inicial.

Entre las zonas más afectadas por la carcoma destacan, además de las dos capillas de San Bartolomé y el Gran Poder, cuya intervención se elevaría hasta los 1.028 euros en cada una de ellas; la entrada del pórtico (1.573 euros); 37 bancos de madera (895 euros); y los armarios y puerta de la Sacristía (1.488 euros).

Otras intervención pasadas

Siendo Servando Lagares cura de la localidad minera, la iglesia de San Bartolomé ya fue sometida a un profundo proceso de rehabilitación en 2013 con un presupuesto de intervención cercano a los 300.000 euros gracias a la subvención de la Asociación de Desarrollo Rural Cuenca Minera. Dos años después, emprendió otro proyecto de restauración de tres de sus obras pictóricas más emblemáticas: “Martirio de San Bartolomé” de José María Labrador, “Ave María Gracia Plena” de Enrique Monís Mora y “Bautismo de Jesús” de Antonio Romero Alcaide, gracias a una nueva subvención de 35.000 euros concedida por el ADR de la zona.

Se trata de un edificio de estructura muy sencilla, puesto que está formado por una sola nave con presbiterio de testero plano y acceso en los pies, varias capillas anexas y sacristía. Datos documentales informan de un primer templo que se levantó en 1599, según constaba en una inscripción existente en una de sus paredes. El actual templo data de 1943 y se levantó tras el incendio provocado en 1936. En su interior, destaca el gran cuadro del altar que preside el presbiterio, obra del insigne pintor José María Labrador, donde se representa el martirio y glorificación de San Bartolomé. También cuenta otras obras religiosas realizadas por otros dos memorables artistas nervenses: Antonio Romero Alcaide y Enrique Monís Mora.