Una comisión estudiará en profundidad los sucesos del Año de los Tiros

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 05 de Febrero de 2018 / Publicado en Cuenca Minera, Historia

La Cuenca Minera de Riotinto, pero sobre todo la localidad que da nombre a esta comarca, rindió ayer homenaje a las víctimas de la masacre perpetrada por el regimiento de Pavía el 4 de febrero de 1888 cuando se manifestaban junto a una multitud de personas ante el Ayuntamiento del antiguo pueblo de Riotinto en demanda de mejores condiciones sociolaborales.

Según informa Juan A. Hipólito, los concentrados de ayer lo hacía en señal de respeto a los que lo hicieron hace 130 años. Lo hicieron guardando un respetuoso silencio durante tres minutos, después de escuchar a la alcaldesa de Minas de Riotinto, Rosa Caballero, y antes de que la soprano Irene Pozo Donaire interpretara En la sangre de la Cantata Cobre y Viento. Para la primera edil popular se trataba de manifestar la necesidad de defender con justicia y verdad lo que sucedió en esta tierra aquel fatídico día. “Los más débiles, cargados de argumentos, se enfrentaron a los poderosos tan solo con el arma de su razón”, dijo.

Para la primera edil popular, ayer se conmemoró la lección que hace 130 años les dieron sus antepasados y de la que parece no haberse aprendido nada. “Por eso esta fecha no debe olvidarse nunca. Porque tenemos una deuda con ellos que aún no hemos saldado”, añadió. 

Según Caballero, la mejor manera de respetar y de honrar la valentía de los que murieron es contando la verdad tal y como fue, basada en documentos y testimonios, con rigor histórico aséptico, al margen de intereses partidistas, sin manipulaciones. “Aquella lucha fue hábilmente aprovechada por otros que buscaban intereses bien distintos. Los terratenientes y los señoritos, organizados en la Liga Antihumista aprovecharon las circunstancias para mantener sus intereses propios, su hegemonía social y sus haciendas… Y de ahí parte el error de algunos que se empeñan en bautizar de manifestación ecológica lo que en realidad pretendía ser una reivindicación social de los mineros. Todo muy conveniente. Todo muy extraño”, subrayó.

El Ayuntamiento de Minas de Riotinto intentará mantener esta tesis creando una comisión para el estudio riguroso y la difusión de los hechos que tuvieron lugar hace 130 años. “Es a nosotros y a toda la Cuenca Minera de Riotinto a quien corresponde hacerlo sin pasiones empalagosas, sin manipular la verdad y basándose en los hechos, en las pruebas, en los documentos…Somos nosotros quienes tenemos y quienes vamos a marcar el camino porque de nuestra historia se trata”, advirtió.

Para Caballero, aunque manchado de sangre, el 4 de febrero de 1888 es un día luctuoso, pero a la vez de orgullo. “No es un día para enarbolar el ecologismo ni el interés por la tierra, porque, sencillamente, los obreros de Riotinto no tenían ninguna tierra que reivindicar ni ninguna hacienda que defender. Tan solo luchaban por su hambre y por su miseria”, concluyó recordando al poeta Juan Delgado.

Horas antes de la concentración, el salón de actos del Ayuntamiento de Minas de Riotinto acogía el acto de presentación del libro: Humos y sangre. Protestas en la cuenca de las piritas y masacre en Riotinto (1877-1890) obra de Gérad Chastagnaret. En el acto participaron: la alcaldesa, Rosa Caballero; el director del Archivo de la Fundación Río Tinto, Juan Manuel Pérez; y el profesor de la Universidad de Alicante, Antonio Escudero. La jornada concluyó en el cine-teatro Juan Cobos Wilkins con la representación audiovisual “Renacimiento desde el 4 de febrero”, idea original de CJ Pascual Rodríguez, guión y dirección de Jesús Chaparro.

Con los actos de ayer, Minas de Riotinto clausura un fin de semana repleto de actividades dedicadas al Año de los Tiros con motivo de su 130 aniversario. La programación ha sido amplia y variada: conferencias, presentación de libros, mesa redonda, representaciones audiovisuales, ofrenda floral y concentración de vecinos.

 

 

Controversia en torno a la petición del Día Mundial del Ecologismo

En los ecos de la sociedad comarcal aún resuenan las conclusiones a las que se llegaron en la mesa redonda organizada por la asociación cultural El Doblao, en colaboración con Fieldwork Riotinto y el Ayuntamiento de Minas de Riotinto, que contó con la participaron de: Alfredo Moreno Bolaños, autor del libro Génesis del anarquismo en Minas de Río Tinto. Maximiliano Tornet cono paradigma y su papel en el Año de los Tiros; el director del museo minero de Riotinto, Aquilino Delgado Domínguez; y los investigadores Carlos González Caballero y Juan Manuel Gemio del Río.

Para los ponentes, a diferencia de lo que piensan en la Mesa de la Ría y la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, el 4 de febrero de 1888 no puede considerarse como el despertar de la conciencia ambiental a nivel mundial. Más bien se trató de una lucha de poderes (agrícola-minero) por el control socioeconómico y político de la comarca que cogió a los ciudadanos de a pie en el centro de la polémica. “Por una parte, estaban los caciques y terratenientes de Zalamea la Real con intereses agrarios y, por el otro, la compañía minera de capital británico, Riotinto Company Limited, RTCL, que ya controlaba gran parte del territorio. En medio, intentaban de subsistir, con el poco sustento económico que les llegaba de sus jornales, los trabajadores del campo y de la mina”. Este fue el contexto en el que situó a los presentes el historiador Carlos González nada más iniciar la sesión.

Por su parte, Alfredo Moreno se encargó de desmitificar la figura Maximiliano Tornet, retratado por la historia como el líder revolucionario del anarquismo minero en la zona. El investigador riotinteño no lo considera un líder sindical, ni mucho menos un anarquista. Lo sitúa más bien al lado de los intereses del poder agrario. Es más, afirma que, “a principio de aquel fatídico año comenzó a mantener contactos con los terratenientes de la zona que querían aprovechar el malestar de los mineros por las paupérrimas condiciones laborales que sufrían para enfrentarlos a la Compañía con la única intención de acabar con las teleras. No es posible que, por una parte, reivindicaba la supresión de las calcinaciones y, al mismo tiempo, el abono del jornal a los trabajadores que no podían ir a los tajos los días de manta. Esta contradicción es imposible de sostener. Tanto a al Ayuntamiento de Riotinto como al de Nerva les interesaba que siguieran las calcinaciones porque la mayoría de sus habitantes vivían de la mina ”, subrayó.

El director del museo minero de Riotinto, Aquilino Delgado restó también credibilidad a la idea de enfocar la fecha marcada con sangre como el inició de ningún movimiento ecológico. “En cualquier caso, para hablar de las primeras manifestaciones de ecologistas deberíamos irnos a una que tuvo lugar en Huelva en 1880 o incluso a otra que tuvo lugar en Alemania un siglo antes. De hecho, las teleras existieron desde 1788 hasta 1908. Era una práctica habitual a nivel mundial, no solo en Riotinto, y desaparecieron por cuestiones técnicas y económicas, no medioambientales”, aclaró.

De esta forma, los integrantes de la mesa redonda mostraron su desacuerdo con la reivindicación realizada a la UNESCO para declarar el 4 de febrero como el Día Mundial del Ecologismo. “No podemos permitir que se manipule la historia, ni que se juegue con nuestros muertos. No fue el Año de los Humos, sino el Año de los Tiros. Así es como ha de quedar para la historia. Según la ciencia histórica no hay ecologismo por ningún lado en estos terribles hechos. Fue una reivindicación laboral y una lucha de poderes que, desgraciadamente, terminó en tragedia para los más débiles”, concluyó Gemio en nombre de sus compañeros.

En el turno de preguntas, Aurelio González, miembro de la Mesa de la Ría defendió la tesis ecologista argumentando que los datos ofrecidos por los ponentes estaban sujeto a diferentes interpretaciones, a la vez que restaba importancia a la posible manipulación a la que pudieran haber sido sometidos los vecinos de la zona por parte de los terratenientes de Zalamea la Real. “Se manifestaron en contra de la contaminación de la mina. Hoy lo reivindicamos desde nuestra mentalidad”.

 

 

Nerva recoge el testigo de los actos conmemorativos en la Comarca

Nerva contribuirá a esta amplia programación de actividades en conmemoración del 130 aniversario del Año de los Tiros con la muestra de las acuarelas realizadas por el dibujante Jaime Pandelet para la exposición “1888. Riotinto: lágrimas de pincel” que se expondrá en el museo Vázquez Díaz entre el 16 de febrero y el 4 de marzo. La exposición recoge además una serie de documentos fotográficos y periodísticos de gran valor histórico -algunos inéditos- distribuidos en 24 paneles explicativos, así como una proyección audiovisual sobre los protagonistas y las investigaciones realizadas sobre los terribles hechos acaecidos en Minas de Riotinto el 4 de febrero de 1888.

Esta muestra parte de la iniciativa puesta en marcha por el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica y Social de Andalucía de CGT-A con motivo de esta conmemoración. Para  la ocasión, se ha reeditado el libro “1888. El año de los tiros” de Rafael Moreno, una obra novelada sobre este hecho histórico que vio la luz en 1998 y que ahora, en esta quinta edición renovada y revisada, cuenta con las ilustraciones de Jaime Pandelet y prólogo del historiador Antonio Miguel Bernal, Premio Nacional de Historia 2006 y catedrático de la Universidad de Sevilla.

 

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