La Tesis de Aquilino Delgado sobre la producción hidrometalurgica de Riotinto merece el Título de Doctor con Sobresaliente Cum Laude por la UHU

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 27 de Junio de 2021 / Publicado en Educación

El director del Museo Minero de Riotinto, Aquilino Delgado, se Doctora con Sobresaliente Cum Laude por la Universidad de Huelva tras defender con éxito su Tesis ‘Arqueología Industrial en Río Tinto. La Producción Hidrometalurgia (1725 -1954) y sus paisajes culturales’, dirigida por Juan Aurelio Pérez Macías y Juan Antonio Márquez Domínguez. Se trata de un gran trabajo de investigación donde se realiza por primera vez un estudio diacrónico sobre las operaciones hidrometalúrgicas desarrolladas en Río Tinto entre 1725 y 1954 para la obtención de cobre.


El primero de los objetivos que se marca el investigador nervense en su tesis ha sido la investigación de todos los procesos hidrometalúrgicos empleados en Río Tinto desde la reapertura de la mina en época borbónica hasta el fin del periodo británico y las instalaciones donde tuvieron lugar. “Así en época española, se desarrollaron la cementación natural, en la Cementación San Roque y la artificial, en las Cementaciones Santa María, Cerda y Planes desde 1788 que se basaba en calcinar los minerales cobrizos para facilitar que fueran hidrosolubles, se diluían en el agua proveniente de la mina y así se aumentaba la cantidad de cobre que se precipitaba con hierro en unos pilones donde se obtenía la cáscara de cobre o precipitado”, asegura.

Delgado recuerda que, “los trabajos de calcinación comenzaron empleando hornos cónicos, teleras redondas, que a partir de 1839 serán cuatrilongas, las que denominamos teleras por la similitud de la parte superior con una pieza de panqué en Andalucía, denominan telera, como afirmó Rúa Figueroa en 1859.  En las plazas de calcinación, en las que se dividía el campo de calcinación, se emplearon ambos sistemas de calcinación, al igual que época británica según el espacio disponible y el criterio del capataz, como afirma Gonzalo y Tarín en 1886. El máximo número de teleras en Riotinto lo tenemos documentado para 1871 con 233 teleras”.

El investigador pone en valor el impulso de la operaciones hidrometalúrgicas a raíz de la compra de Riotinto por parte de un consorcio extranjero, Rio Tinto Co. Ltd. (en adelante RTCL) en 1873: “Se impulsaron este tipo de operaciones, puesto que con un coste bajo podían vender un producto, el precipitado de cobre, muy demandado en Inglaterra a un precio muy interesante. Así además de seguir empleando las cementaciones Cerda y Planes, que fueron ampliadas, se construyeron Nerva Washing Tanks, Cementación Naya, Marismilla Washing Tanks, Station Washing Tanks, Old Station Washing Tanks. En estas instalaciones se siguió desarrollando la cementación artificial hasta 1908, más tres sistemas que sólo se emplearon en Riotinto, el primer proceso Doetsch, el segundo proceso Doetsch, el Proceso Osborne y otro hasta ahora desconocido, el proceso Hartmman que se ensayó en Riotinto en 1882. Esto fue posible porque en las distintas instalaciones había canales destinados a cada proceso”.

Tras el retorno a la cementación natural en 1895, empleando terreros donde se depositaba el mineral calcinado antiguo junto con mineral de baja ley que se regaba y las aguas enriquecidas en cobre se precipitaba con chatarra de hierro, se siguió desarrollando la cementación artificial que implicaba la calcinación de minerales de cobre. Tras el año de los tiros, se prohibieron las teleras, aunque un año y medio después volvieron a ser declaradas de utilidad pública. Delgado asegura que, “con este sistema no acabó, como demostramos en la tesis, ninguna manifestación ecologista, que nunca ocurrió sobre este particular (ver Pérez López 2007 y Moreno Bolaños 2016), sino la mejora de las operaciones metalúrgicas, así en 1901 con la instalación de la Fundición Bessemer se dejaron de emplear las teleras 1, aquellas que tenían una ley de entre 1,5 y 2% de cobre y 50% de Azufre y las teleras 2, aquellas que trabajan minerales cobrizos con una ley superior a 2% de cobre se dejaron de emplear tras el inicio de las operaciones en la Fundición Piritas, originalmente denominada Extensión Bessemer, por medio de la fusión pirítica”. 

 

 

Este trabajo de investigación ha permitido demostrar, como ya apuntó Moreno Bolaños en 2016, que “no existió una telera monstruo, como afirmaron algunos periodistas sensacionalistas de fines del siglo XIX e incluso algunos investigadores hasta épocas recientes, sino un campo de calcinación o calcination ground, donde llegó a haber 733 teleras en el momento de mayor extensión, de las que un tercio estaban en combustión, un tercio se estaban conformando y otro tercio se estaban desmontando para llevar el material calcinado a las distintas cementaciones”.

Durante la primera mitad del siglo XX, desde 1908 hasta 1954, sólo se desarrolló la cementación natural por medio de terreros en Riotinto. La compañía minera (RTCL) restructuró en 1900 todas las cementaciones, centralizando los trabajos sólo en tres Planes que operó hasta 1904, Cerda hasta 1928 y Naya, donde desde 1928 se centralizaron todos los trabajos hidrometalúrgicos hasta 1967. También se reorganizaron todos los terreros en sólo tres Tejoneras, Cerda y Naya.

El investigador define el paisaje industrial generado por las operaciones hidrometalúrgicas, que actualmente solo se conserva en Zarandas Naya (Nerva y Minas de Riotinto, Huelva), donde además de los restos de las instalaciones de cementación, la lluvia ha actuado sobre el terrero dando lugar a cárcavas, barrancos estrechos y algo profundos, dando lugar a un paisaje “tipo bandlands”, que denomina “antrópico inducido”, “pues ha sido la acción del hombre quien aportó el material, pero han sido los agentes naturales quienes han actuado sobre el material dispuesto sobre el terrero”. Delgado asegura que, “todos los trabajos de cementación desarrollados en Riotinto estudiados durante 229 años permitieron obtener 283.158 toneladas de cobre, es decir el 28,6% de la producción de este yacimiento minero”. 

 

El director general de Fundación Río Tinto, José Luis Bonilla, ha felicitado públicamente a Delgado, a la vez que ha expresado el orgullo de tener al “Doctor Delgado”, como compañero: “La felicitación y los comentarios de los miembros del tribunal de la Universidad de Huelva resumen el valor del trabajo realizado: “Una tesis a la vieja usanza”, “Un trabajo de excelencia”. Creo compartir la opinión de todos los que formamos parte de Fundación Río Tinto expresando mi orgullo por tener al “Doctor Delgado" como compañero. Ni el Museo, ni la Fundación, ni el conocimiento y divulgación de la historia de la minería, la metalurgia y la arqueología de la Cuenca Minera serían lo mismo sin la aportación y la labor constante de Aquilino. No puedo dejar de recordar en este momento a nuestro recientemente fallecido presidente, Rafael Benjumea Cabeza de Vaca. Sentía devoción por el trabajo de Aquilino. Hoy estaría feliz. ¡Enhorabuena Doctor!”. 

 

 

Las áreas de trabajo que domina este investigador van desde la Arqueología Industrial hasta la Minería y Metalurgia Romana, pasando por Museografía, Conservación, Turismo, Desarrollo Local y Gestión de Patrimonial. Su Currículum Vitae es brillante. Tiene una decena de libros publicados de forma individual y junto a otros autores, y ha participado en más de medio centenar de obras literarias y actas de congresos. Su presencia en ponencia y conferencias también ronda el de medio centenar. Tiene publicados una treintena de artículos en revistas especializadas. Ha lo largo de su dilatada trayectoria ha formado parte de numerosos comités científicos y ha impartido la docencia a través de cursos y másteres en diferentes universidades. La Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero le otorga en 2011 el VIII Premio Francisco Javier Ayala Carcedo al mejor artículo publicado en la revista De Re Metallica en los años 2009 y 2010. Es miembro actual del equipo del Proyecto de Investigación “Poder y Territorio” del Plan Andaluz de Investigación. nº de investigador INVS46848. HUM 838. Universidad de Huelva y miembro del Instituto Arqueológico Alemán.  Ha participado como redactor y director en numerosos proyectos. Desde mayo de 2004 dirige el Museo Minero de Riotinto y en la actualidad es Director de la Intervención Arqueológica Preventiva, Control Arqueológico de movimientos de tierra del Proyecto Riotinto.

 

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