El Círculo Comercial de Nerva expone una veintena de obras en gran formato del pintor Gilberto Benítez dedicada al paisaje minero

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 23 de Agosto de 2020 / Publicado en Cultura, Nerva

La Sociedad Círculo Comercial, más conocido popularmente como el Mercantil de Nerva, expone en su salón principal una veintena de cuadros en gran formato del pintor nervense Gilberto Benítez bajo el sugerente título: ‘Sobre la mina de mi vida, sobre la mina de mis sueños’. 

La muestra pretende ser un homenaje a uno de los últimos exponente de la escuela pictórica clásica nervense. Durante estos días, los socios y visitantes que pasen por el Mercantil podrán deleitarse con estas pinturas mientras degustan un buen café o cualquier aperitivo.

La temática predominante en las obras presentadas en esta exposición aluden al espectacular paisaje minero que rodea Nerva y la Comarca en la que se engloba: la impresionante Corta Atalaya, las escombreras del cerro colorado, la Corta de Peña del Hierro, el río Tinto. También presenta otros cuadros en menor formato de edificios antiguos relacionados con la minería y el ferrocarril, y varios retratos entre los que se encuentran el de su mujer y uno suyo. 

Para el directivo encargado de asuntos culturales, José Luis Lozano, “a Gilberto le venía la vocación por la amistad que mantuvo con algunos de los principales referentes de la cultura nervense: Evaristo Márquez, José María labrador, Antonio Romero Alcaide, Rosil y tantos otros. Por derecho propio nos encontramos ante uno de los mejores retratistas que ha dado esta cuna minera del arte”.

Según aclara Lozano, “aunque Gilberto exploró innovadoras técnicas cubistas, se hallaba especialmente cómodo en el realismo y en los colores cálidos, que duraban a su obra sobre la mina y la vida, de un aura bucólico que lo a compararla a lo largo de toda su carrera”.

A través de esta  exposición, el Mercantil rinde homenaje a uno de sus pintores de cabecera, a uno de esos artistas que hallaron entre estas cuatro paredes esa segunda casa que pretende ser. “Su establecimiento de cristales y Marcos, fue un punto de encuentro obligado para varias generaciones de pintores nervense que encontraron entre aquellas cuatro paredes, el cariño y la profesionalidad que antes tuvieron que buscar en Huelva o Sevilla”, subraya.

Para Lozano, Gilberto fue siempre un hombre comprometido con Nerva, su cultura, su gente y su entorno minero. “Encabezó varias iniciativas dirigidas a resaltar las características artísticas de nuestra tierra. Su principal legado son unas obras en torno a los escenarios mineros que heredamos de la ocupación británica de nuestra tierra, nuestras costumbres. Nuestras vidas”, concluye.

 

 

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