En este domingo 5 de noviembre, los pupilos de Manuel Mena tenían un partido en teoría fácil, ya que recibían al colista de la clasificación, el Santa Cruz Riaumbría, equipo de la localidad costera de Punta Umbría, de nueva creación y que hasta el momento sólo había cosechado un punto. 

Pero lo fácil a veces no lo es y lo que refleja la clasificación es algo que hay que olvidar para centrarse en hacer bien las cosas. El Nerva salió desde  principio en modo dominador del encuentro, pero a pesar del dominio hubo algunas transiciones defensa ataque algo alocadas y en muchos momentos del juego el sacrificio defensivo de los hombres  de centro campo y ataque dejó mucho que desear, circunstancia que desató el enfado de su entrenador. 

También hay que sumar algunas imprecisiones defensivas en la salida de balón que provocaron algún regalo al contario que en varias ocasiones pudo costar caro a los albicelestes de no ser por el acierto del meta Abel o la falta de puntería de los visitantes. Aun así, se veía que había una gran diferencia entre lo que uno y otro equipo aportaba en ataque, y fue en el minuto 20 de la primera mitad, cuando Walia puso el balón en la red contraria estableciendo el 1-0, un gol que debía aportar más tranquilidad al equipo local, que previamente había tenido sus oportunidades y no las supo aprovechar. 

En el segundo tiempo y tras la charla de Mena, las intenciones eran claras, salir a asestar el golpe definitivo al partido pero sin olvidar el trabajo de bajar a ayudar atrás, algo que provocó algunos problemas en el primer acto. Pero esa dinámica a veces cansina continuaba en el conjunto nervense, que tras otro regalo al contario en la construcción del juego, vio como Galey, un chico muy joven del Riaumbría, pero de mucho talento, ponía el empate al comienzo de la segunda mitad, algo que empezaba a recordar otros enfrentamientos en los que incomprensiblemente se escaparon puntos. 

Afortunadamente la incertidumbre del empate no duró mucho y en el minuto 21, Anguera, otra vez Anguera, culminó con gol una importante acción local poniendo otra vez a los de Nerva en franquicia en el marcador. Tras ese gol se empezó a mejorar algunos aspectos del juego. 

En la segunda parte entró Abelardo tras un largo periplo retirado por lesión y parecía que, aunque hubo algún susto aun, como un remate de Redo sólo en portería, que encontró otra vez la gran respuesta de Abel, el equipo del Nerva estaba más cerca de la ampliación del marcador que de un posible empate. 

En el minuto 36, un error defensivo del equipo costero, deja un balón servido a Anguera, hombre que no suele desperdiciar este tipo de ofrendas, y aprovecha para anotar el 3-1 y convertirse en goleador por partida doble, y los que pudieron ser, porque tuvo acciones muy destacadas, como un lanzamiento de larga distancia tras ver adelantado al guardameta y que no entró por muy poco. 

En el 40, ya con los visitantes más alicaídos, Sergio, siempre omnipresente hizo el definitivo 4-1, que deja un resultado que puede inspirar facilidad pero que no lo fue en absoluto. 

Destacable también de las acciones de Anguera y el regusto que deja una vez más un niño de la cantera, David Ramos, que hizo jugadas de esas que ponen a un estadio en pie. Es sin duda de las buenas noticias, la capacidad de este chico y otros jóvenes como Antequera que han subido al equipo grande y aportan muchas cosas. Especialmente reseñable fue una jugada en la primera parte en la que Ramos, tras llegar en la ayuda defensiva y realizar el corte de balón, sale en conducción maravillosa dejando en el suelo hasta 4 jugadores visitantes, con gestos técnicos de grandísimo novel. ¡Hay futuro sin duda!

Tras este 4-1, ahora hay que seguir avanzando y el próximo enfrentamiento del Nerva será en Trigueros, otro equipo en horas bajas, por lo que debemos sumar tres puntos, tres victorias de manera consecutiva y empezar a mirar objetivos mayores.