UD. Catellar y Riotinto fueron los encargados de abrir el torneo, ofreciendo un partido con ratos de buen juego y momentos de mucha tensión. Fue el equipo riotinteño quien se adelantó en el marcador con una jugada bien trenzada que termina con un mágico pase de Iván por arriba, cogiendo la espalda de la defensa y conectando con Abel, que con una buena definición ponía el 1-0 para los mineros. 

Poco a poco el equipo gaditano se fue reponiendo al gol encajado, y una falta señalada al borde del área es magistralmente lanzada por Juan Llaves, entrando el balón por la misma escuadra, sin que nada pueda hacer el guardameta Camacho, que minutos antes ya había salvado el empate con dos intervenciones de verdadero mérito. El empate dio alas a los gaditanos y provocó cierta ansiedad en el Riotinto Balompié. Otras dos certeras acciones de Juan Llaves, completando un hat-trick, certificaron la victoria del Castellar en el primer episodio del campeonato. 

El segundo partido mostraba el que probablemente es el derbi más antiguo de España. Un encuentro de máxima rivalidad entre dos equipos que se conocen bien a pesar de estar en niveles distintos, ya que hay dos categorías de diferencia entre ambos. Pero es cierto que como ha pasado en otros partidos de la pretemporada, el Nerva no pareció en ningún momento ser de categoría inferior y los hombres dirigidos por Manuel Mena, desde los primeros minutos fueron fieles a su filosofía de balón raso, toque y juego rápido. En el primer cuarto de ese encuentro, una falta muy lejana es lanzada por Alex Alonso y el balón toma una parábola casi imposible que termina colándose como un auténtico obús llovido del cielo. 

El equipo riotinteño intentó reponerse al gol, apareciendo hombres como Iván, con conducciones rápidas y balón pegado al pie y buenas incursiones por banda tanto de Abel por derecha, Manu Delgado y Ochoa por izquierda y apariciones con más presencia en el área. En una de esas apariciones, Abel, hizo el definitivo  empate a uno. Fue un partido en el que por momentos el Nerva mereció algo más, pero dicho empate ya sería inamovible. La igualada dejaba ya al Riotinto Balompié sin opciones de llevarse el trofeo, mientras que el conjunto local tenía que aferrarse a la victoria en el último encuentro para ser campeón. 

Nerva y Castellar serían los que se jugaran el título en el último capítulo del torneo. A los gaditanos les bastaba con el empate, mientras que el quipo de Manuel Mena tenía que ir por la victoria para hacerse acreedor del inmenso trofeo elaborado por el escultor local Antonio Calamina, trofeo que sólo se queda en propiedad aquel equipo que consiga ganar en tres ocasiones.  

El Nerva salió a jugar con las ideas muy claras, dosificando con cambios respecto al primer partido pero manteniendo esa misma idea de toque y asociacionismo. La cosas se pondrían muy bien para los locales, pues en el minuto 16, una buena jugada muy bien llevada por los albicelestes termina con un pase maravilloso de David Ramos que conecta con Anguera, que tal como le llega la pelota, ejecuta tiro cruzado anotando el 1-0, resultado que momentáneamente daba el trofeo a los organizadores. La grada explotó de júbilo y el Nerva continuaba elaborando un buen juego ante un rival que tiene auténticos puñales arriba con jugadores de gran movilidad y que someten al oponente a una importante intensidad. 

Hombres del Castellar como Pino, Juan Llaves, Richy, Juanlu o Miguel, empezaron a tener el mando del partido y los gaditanos tenían cada vez más presencia en campo nervense. Fruto de ese dominio más generalizado llegó el gol del empate en una buena jugada que termina con gol de Llaves, que anotaba así el cuarto gol en el campeonato. El empate ya valía a los de la tacita de plata para ser campeones, pero con un Nerva buscando la puerta contraria, llegó otra gran jugada de Juan Llaves, sorteando en banda a varios rivales y metiendo pase raso al corazón del área que fue rematado por Pino, estableciendo así el 1-2 que ya sería definitivo y que daba el título al equipo entrenado por Silvia Gavira, esa niña prodigio que durante muchos años compartió momentos de fútbol en nuestra localidad.

Por tanto, trofeo que se irá a las vitrinas del Castellar, equipo que en su primera participación en Nerva ha dejado una muy buena imagen y un vínculo que seguro perdurará en el tiempo. Este equipo del UD Castellar, es un conjunto que milita en la tercera andaluza de la provincia de Cádiz, una categoría análoga a la que ocupa nuestro Nerva C.F. en Huelva, lo que da idea de la calidad existente en el fútbol gaditano. 

A pesar de la derrota en ese último encuentro, el Nerva sigue dejando una imagen muy positiva en esta preparación de la próxima campaña, con un bloque homogéneo en el que complementan a la perfección la veteranía de algunos jugadores y la tremenda pero exultante juventud de David Ramos, Tamimi o Antequera, juadores que se convierten en un gran presente para el fútbol local y un mejor futuro incluso.

Destacar también que en unos de los descansos de este torneo, el Ayuntamiento de Nerva entregó varias placas conmemorativas al Riotinto Balompié y al UD Castellar por su participación, y al Ayuntamiento de Minas de Riotinto por la efeméride de 150 años desde el primer partido de fútbol registrado en España. 

Hubo también mención especial para el historiador riotinteño Alfredo Moreno por su labor de investigación y divulgación en los orígenes del fútbol en nuestra comarca. Y para Silvia Gavira, la niña que siempre soñó ser futbolista rompiendo todo estereotipo de género, una mujer que incluso ha vestido la camiseta de la Selección Española en categorías inferiores. El Nerva Club de Fútbol entregó a Silvia, como no podía ser de otra manera, una camiseta del Nerva, el equipo que ella siempre lleva en su corazón.