La sala del té de la Casa 21 de la Fundación Río Tinto en Bella Vista llevará el nombre de Isabel Naylor para siempre

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 07 de Mayo de 2019 / Publicado en Cuenca Minera, Turismo

A las cinco de la tarde, como manda la tradición británica. Según informa Juan A. Hipólito, los herederos de Isabel Naylor acudieron a la invitación de la Fundación Río Tinto para tomar el té y honrar la memoria de su madre, fallecida el pasado invierno a los 87 años de edad. La cita, en la Casa 21 del barrio de Bella Vista en Minas de Riotinto, una vivienda típica inglesa construida en 1883, junto a las minas que explotaba la Rio Tinto Company Limited, en cuya puesta en valor como producto turístico contribuyó activamente la homenajeada.


“Sala Isabel Naylor. In loving memory”. Así reza la placa junto a la puerta de acceso al salón del té que ella misma se encargó de decorar con la vajilla propia de la época. Con este gesto, Fundación Río Tinto, propietaria del inmueble, honra para siempre la memoria de esta mujer que sentía esta tierra minera como la que más sin haber nacido en ella. Ella supo unir lo mejor de dos culturas, la británica y la española. Para Naylor, el muro que separa el elitista barrio inglés del resto de la localidad minera, simplemente no existía. Tenía amigos tanto a uno como al otro lado.

Gladys Méndez, la menor de los seis hijos que tuvo Naylor, recuerda el orgullo y la emoción que su familia sintió cuando le comunicaron la idea de poner su nombre al salón del té de la Casa 21. “Ella siempre decía que Riotinto le daba la vida. Sus años en esta tierra fueron los más felices. Durante mucho tiempo colaboró con todo tipo de investigadores e historiadores en la conservación y puesta en valor de gran parte del patrimonio legado por los británicos a la zona. Todo lo que ha podido donar a la Fundación lo ha hecho en vida. Sentía este pueblo como el suyo”, recuerda.

Los directores del Museo Minero y del Archivo de la Fundación, Aquilino Delgado y Juan Manuel López, la llegaron a conocer muy bien. Ambos la tienen en una altísima estima y consideración, la más entrañable de sus colaboradores. La recuerdan siempre amable, afable y cariñosa, con una educación exquisita, muy buena persona, y comprometida con el legado británico de la zona.  “Era una persona muy dinámica, activa y colaboradora. Siempre estaba a disposición de lo que necesitáramos. Todo un ejemplo de cómo sentir la tierra sin haber nacido en ella”, coinciden.

Para el director de la Fundación Río Tinto, José Luis Bonilla, se trata de un acto de justicia. “Es un acto de agradecimiento, pero sobre todo de justicia porque sin su colaboración no hubiera sido posible poner en valor la casa de la que hoy pueden disfrutar más de 90.000 personas al año”, subraya.

Naylor estaba en posesión de las medallas del Imperio Británico y Huelva. Siguiendo los pasos de su padre, un trabajador inglés de la Rio Tinto Company Limited, durante décadas fue la encargada de llevar flores a la tumba de William Martin, “el hombre que nunca existió”. Ahora será su hija menor la encargada de esa tarea, tal y como acordaron en vida. Y cuando falte Gladys, será la hija de esta quien se encargue de mantener la tradición. Y así perdurará por los tiempos de los tiempos.

 

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continúa navegando, consideramos que accepta su uso.

Acceso

Registro

¿Olvidaste tus datos?

ARRIBA