Zalamea programa dos senderos nocturnos para disfrutar bajo la Luna de los Dólmenes de El Pozuelo y los grabados rupestres de Aulagares

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 22 de Julio de 2020 / Publicado en Turismo

Los aficionados a la arqueología, muy en particular, y público en general, tendrán oportunidad de participar próximamente en las dos rutas nocturnas de senderismo organizadas por el Ayuntamiento de Zalamea la Real para las noches del 1 y 15 de agosto. La primera se realizará a los Dólmenes de El Pozuelo y la segunda a los grabados rupestres de los Aulagares. Ambos senderos son circulares, con una dificultad media-baja y una duración de entre 4 y 5 horas. El precio es de 3 euros por sendero e incluye guías, seguro de accidente y responsabilidad civil. Las plazas son limitadas por orden de inscripción. Para más información y reservas contactar con Antonio en el 617 275 543 ó con Sara en el 617 939 723. También pueden inscribirse en el 959 56 12 50 y por email: culturaypatrimonio@zalamealareal.es


El primero de los senderos en realizarse será al conjunto dolménico de El Pozuelo el 1 de agosto. Según el arqueólogo José Antonio Linares: “Este enclave se define como uno de los grupos megalíticos más peculiares y significativos de la Península Ibérica. Su valoración histórica y reconocimiento patrimonial se ha producido de manera acumulativa, desde su “conocimiento arqueológico” en la década de los 40 por Carlos Cerdán hasta su declaración por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, en el año 2002, ), siendo “considerado el más claro y documentado exponente de las construcciones megalíticas onubenses, cuya homogeneidad los ha proyectado a un lugar primordial dentro del panorama de la prehistoria peninsular”.

Situación y emplazamiento:

El conjunto dolménico se sitúa en las inmediaciones de la aldea de El Pozuelo, en el término municipal de Zalamea la Real, en el extremo Sureste del Andévalo oriental. Está compuesto por 13 dólmenes, distribuidos en una franja territorial de 5 km de extensión, en un eje Este-Oeste. Las dólmenes se distribuyen en dos valles formados por la rivera de los Pinos, curso de agua tributario de la rivera de Casa de Valverde, y barranco de Agua Fría, tributario de la rivera del Manzano, afluentes fluviales de la margen derecha del río Tinto. En torno a la rivera de los Pinos se presentan los dólmenes del Grupo El Riscal-La Veguilla (dólmenes 5, 6, 7, 8 y 9), los Lomeritos (dólmenes 11 y 12) y Martín Gil (dolmen 13). En la cabecera del barranco de Agua Fría se ubica el Grupo de Los Llanetes (dólmenes 1, 2, 3 y 4).

A estos 13 dólmenes, algunos investigadores (Carlos Cerdán y los Leisner, Piñón Varela, etc.) han propuesto la pertenencia de otros cinco, ubicados en distintos cerros de la Sierra de Matalaburra: dolmen de La Mezquita (nº 15), dolmen de Hoyos del Terrero (nº 16) y dolmen de Cabezo de la Mata o Galaperillo (nº 17); además del dolmen de Suerte del Águila / Barranco de Guadiama (nº 14) y dolmen de Las Cabezuelas (nº 18), ubicado en el “Valle de las Sepulturas”.

El territorio circundante de El Pozuelo es abrupto, alternando cerros de fuertes pendientes con lomas de topografía más suaves, formando un paisaje agreste y contrastado, en el que coexisten zonas especies típicas del bosque mediterráneo compuesto por encinas, alcornoques, lentisco, brezo, madroño, jara y vegetación de rivera, con áreas de marcada antropización, representativos de los diversos modelos de explotación: dehesas de encinas destinadas a ganadería extensiva en los parajes de El Riscal y La Veguilla, minas de cobre de Chinflón, plantaciones de eucaliptos en la zona de Los Llanetes, etc.

La segunda de las rutas nocturnas se realizará a los grabados rupestres de Los Aulagares el 15 de agosto. Según el arqueólogo José Antonio Linares, “se ubica en afloramientos rocosos destacados respecto al relieve circundante y a las materias primas del entorno, asociados espacialmente a los dólmenes y a los asentamientos. Presentan motivos de similitudes formales a los grabados y pinturas localizadas en los ortostatos y estelas que forman las paredes de las construcciones dolménicas, realizados mediante las mismas técnicas características del "arte megalítico" del sur peninsular. En los petroglifos predominan los motivos circulares: círculos, círculos concéntricos, círculos con cazoleta central, círculos con radios y puntos, aunque también se presentan otras formas: cazoletas, óvalos, trazos geométricos (líneas, curvas, etc.), elementos esteliformes (sol y luna), antropomorfos, "ídolos" ramiformes, etc.”

Los grabados cumplieron una doble función:

• Fueron hitos territoriales, pudiendo estar marcando los bordes y los accesos a los diversos "territorios megalíticos" como indicadores de las vías de tránsito y comunicación, siendo una especie de "nodos" que unen diferentes ámbitos geográficos. Además, al estar en las inmediaciones de veredas pecuarias, que son las zonas de paso de la ganadería desde tiempos inmemoriales, pueden estar definiendo los itinerarios tránsito de la ganadería trashumante en la Prehistoria Reciente.

• Eran sitios sagrados y espacios de alto valor ideológico para la celebración de encuentros sociales colectivos, contándose una narrativa concreta a través de los motivos representados, dirigida a las comunidades que habitaron y transitaron por estos territorios. Estos sitios contarían con un gran valor simbólico, siendo escenarios de ceremonias y rituales, lugar de transmisión de conocimiento, leyendas y mitos; pudiendo incluso considerarse como santuarios de culto a las divinidades naturales (sol, luna y estrellas)…”

 

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